GRUPO BASE

Encontrar un nombre para nuestro grupo fue una tarea difícil. No queríamos un nombre cualquiera, ni que solo representara a algunas, sino que queríamos un título que nos englobara a todas y que con él, nos sintiéramos parte de algo, nos identificáramos instantáneamente.

Escribimos en un papel todas aquellas facetas que nos representaban, deportes, aficiones, hobbies, etc. Fuimos así descartando y seleccionando hasta que nos quedaron los viajes, el baloncesto, la música y la comida. ¿Cómo relacionar todas esas cosas? Una de nosotras tuvo la brillante idea de proponer High School Musical como candidato, y a todas nos encantó la idea. Reunía sobre todo el baloncesto y la música, nuestras grandes aficiones. Y qué mejor nombre para nuestro equipo que el nombre del equipo de baloncesto de la película. Donde las canciones eran parte del juego, y se integraban a la perfección en este deporte.

Trabajar con mi grupo ha sido una experiencia maravillosa. A pesar de que todas procedíamos de grupos de amigas diferentes, hemos sabido encajar a la perfección. Esto es algo que nuestros caracteres y nuestra empatía para con las demás ha facilitado mucho. Nuestra capacidad de adaptación y la capacidad de ceder en los momentos oportunos han permitido que nuestro ambiente de trabajo fuera muy dinámico y efectivo, y que no supusiera una constante votación y valoración ante la propuesta más acertada. La figura de líder no ha estado supeditada a una única persona del grupo, sino que ha ido rotando por cada una de nosotras, y no como una obligación, sino como un cambio natural, ya que la inevitable preferencia o interés por ciertas actividades daban lugar al proceso del que hablo.

En definitiva, lo más importante para trabajar en grupo es sentirse cómoda y valorada por este, y esto es algo que he percibido desde el primer momento. Sentirse parte de algo y poder participar con total libertad permiten enriquecer las composiciones del grupo, y como consecuencia, enorgullecerse del trabajo final producido.