NIÑOS SALVAJES
Los casos de Genie y Víctor me conmovieron profundamente, tanto por la crueldad, como por el arrebatamiento de sus vidas, de su educación y de su desarrollo humano. A pesar de que a ambos se les considera niños salvajes, sus casos son muy diferentes, así como su desarrollo después de haber sido encontrados.
En el caso de Genie, su aislamiento era completo, estaba encerrada
en una habitación, atada, sin poder andar y sin contacto alguno con el mundo exterior, mientras que en el caso de Víctor, su aislamiento era humano, vivía salvaje, sin hablar, interaccionar y relacionarse con
la sociedad, pero sí lo hacía con los animales.
Cuando encontraron a Genie, no era
capaz de expresarse ni comunicarse aunque fuera mediante sonidos aleatorios,
mientras que Víctor, emitía ciertos sonidos y ruidos fruto de la interacción con el medio y el entorno, imitando así sonidos de la naturaleza.
Otra
de las diferencias se encuentra en la capacidad de andar, Víctor era capaz de hacerlo mientras que Genie no sabía ni dar un paso
sin desequilibrarse debido a las condiciones en las que había estado
encerrada.
Una vez encontrados y puestos en manos de
los expertos, Genie fue capaz de “aprender” diferentes palabras, o al menos de
relacionar palabras con objetos, pudiendo progresar así en la comunicación para
con los demás, esto podría deberse a que pudo escuchar durante su aislamiento
diferentes palabras y/o conversaciones en su casa y con sus padres, mientras
que Víctor nunca fue capaz de aprender
ninguna palabra, tan solo emitir sonidos, por su falta de contacto con la
humanidad.
Escribir estas palabras y describir ambos casos me supone tarea dura y difícil, incluso insoportable. Pensar qué les pudo llevar a los padres de Genie a arrancarle la vida de esa manera a su hija o, en el caso de Víctor, cómo llego a la situación de tener que sobrevivir solo y aislado en la naturaleza. No existe respuesta válida y humana ante tales preguntas. Los daños producidos ante tales situaciones son irreversibles, prueba de ello fue la incapacidad de ambos de revertir su situación y desarrollarse hasta convertirse en personas humanas de su edad. Existe un periodo crítico entre los 3 y los 4 años en relación al lenguaje, en el que si no se produce la estimulación correcta, las habilidades y aptitudes no se desarrollan de forma apropiada, siendo esto un obstáculo en lo relativo a su evolución. Al verse afectadas estas capacidades, se ven afectadas otras de manera colateral, como la construcción de la identidad personal, las capacidades relacionales o incluso las representacionales.
El estudio de ambos casos me ha hecho reflexionar, dándome cuenta de la importancia de la vida social en nuestro desarrollo cerebral, siendo imprescindible la interacción temprana. Estos casos, son extremos de las consecuencias posibles, sin embargo, debemos otorgarle la importancia que merece en el día a día. Como futura docente daré la prioridad y la importancia que merece a la interacción y estimulación de los niños desde sus comienzos, lo que va a permitir que los niños forjen sus primeras relaciones, además de poder detectar, con la mayor prontitud, posibles dificultades y problemas, pudiendo darles la atención individualizada que merecen.
Esta reflexión se compatibiliza con la proposición que hizo Chomsky, que decía que al nacer tenemos estructuras cerebrales innatas, que están pre-programadas para desarrollar ciertos comportamientos o acciones. Si estas estructuras no reciben los estímulos necesarios no se activarán para su desarrollo. Además, da especial importancia al desarrollo de estas estructuras de forma simultánea al de otras estructuras cerebrales.
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